[Sucdepoma] errata en el cuento del rabino

[Sandra Jiménez]

30?

> El 6 nov 2015, a las 17:45, Xavier Ciscar <xcp en accesodirecto.net> escribió:
> 
> Lo correcto sería:
> 
> El rabino decidió enviar 21 invitaciones con sendos niños de la escuela de la comunidad y sólo acudieron 12 niños anunciando que los invitados a los que habían llevado el mensaje acudirían el sábado siguiente.
> 
> Cuántos platos creéis que debería tener dispuestos a la mesa la mujer del rabino?
> 
> 
> Disculpad el error
> 
>> El 6 nov 2015, a las 15:03, Santi <santispock en gmail.com> escribió:
>> 
>> Hola,
>> 
>> Para mí que hay un error de transcripción y no se puede contestar, o yo no soy capaz de descifrarlo. Se lee:
>> ...enviar  12 invitaciones con 21 invitaciones con sendos niños de la escuela que dirigía en la comunidad...
>> 
>> ¿Cada invitación lleva implícitas doce más, o sea, son álbumes de invitaciones?
>> 
>> Ruego respuesta para poder responder como Yahve manda.
>> 
>> Un abrazo
>> 
>> Santi
>> 
>> 
>> -----Mensaje original-----
>> De: SucDePoma [mailto:sucdepoma-bounces en lists.sucdepoma.org] En nombre de Xavier Ciscar
>> Enviado el: viernes, 06 de noviembre de 2015 13:32
>> Para: SucDePoma
>> Asunto: [Sucdepoma] ¡Importante! Leed esto, por favor.
>> 
>> Hola, grupo:
>> 
>> Aunque, cuando empecéis a leer, os pueda parecer un off-topic, os ruego que, si no os resulta muy pesado, leáis este mensaje hasta el final y, a vuelta de e-mail contestéis con una respuesta muy sencilla. Sólo debéis responder con un número. Os pido que no os extendáis más. Es la primera parte de un trabajo en grupo que tiene una fase posterior que os quiero proponer. Hasta los que no suelen escribir podrían darse el gustazo de leer esto y escribir, sólo es una respuesta, tampoco es tan difícil.
>> 
>> Cuando hayamos leído unas cuantas respuestas, os haré otra propuesta, ¿de acuerdo?
>> 
>> Os agradezco vuestra paciencia.
>> 
>> ———————
>> 
>> EL CUENTO DEL RABINO
>> 
>> Érase una vez un rabino que vivía en una comunidad judía muy bien avenida. Todos se ayudaban y aconsejaban cuando lo necesitaban, se prestaban alimentos cuando alguien lo necesitaba, dinero si alguien se arruinaba o se felicitaban si la fortuna les sonreía.
>> La única contrariedad que minaba en algo la alegría de aquella comunidad era que, y Dios lo quería así, sus miembros vivían algo apartados unos de otros y, por tanto, para verse, tenían que hacer largos desplazamientos para verse, honrar a sus vecinos, darse apoyo o mantener las cordiales relaciones que les caracterizaban.
>> Con el tiempo, el rabino fue dándose que el punto débil de aquella comunidad eran las comunicaciones entre ellos e ideó un método para que pudieran estar en contacto. Cuando celebraba la fiesta del Sabat en su casa, para invitar a quien quería a su mesa, mandaba palomas mensajeras con papeles atados en una pata y pedía la respuesta por el mismo método. Al siguiente sábado de la primera prueba, de 12 palomas que envió, sólo recibió 7 de vuelta y pidió a su mujer que preparara 7 platos. Cuando llegó la hora, se presentaron los 12 que él había invitado y 3 más que habían encontrado por el camino que pensaron que serían recibidos en la casa del rabino.
>> Como la mujer del rabino había sido previsora, hubo comida para todos y el rabino y sus vecinos pudieron celebrar el sabat con tranquilidad y armonía. Pero el rabino indagó durante la comida si no les había sido útil el método de la paloma y los que no habían contestado le contestaron, bien que se habían olvidado de contestar, bien que se habían comido la paloma porque, ay Dios, tenía tan buen aspecto… Al sábado siguiente, en vez de enviar palomas, envió perros con mensajes atados a collares. Invitó a 15 personas. Recibió 10 respuestas y preparó 10 platos en la mesa pero su mujer, previsora, preparó más del doble de comida. Y, así fue, a la casa llegaron los 10 que habían contestado, los 5 que no y 6 que encontraron por la calle: 21 en total.
>> El rabino indagó y los que no habían contestado le explicaron que, o bien se habían olvidado, o bien se habían encariñado con el perro y les había sabido mal desprenderse de él, o bien le habían mandado con sus ovejas porque, ay Dios, tenía tan buena pinta de pastor… Por último, decidió el rabino hacer un último experimento y fue enviar  12 invitaciones con 21 invitaciones con sendos niños de la escuela que dirigía en la comunidad, con el mensaje aprendido en sus jóvenes y despiertas cabecitas para que volvieran con las respuestas.
>> Solo volvieron 12. 
>> El Rabino habló con su mujer y le dijo: 
>> 
>> Mi pregunta es: ¿Cuántos platos debería pedir el rabino a su mujer que preparara?
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